¿SENTIMIENTOS DE INSEGURIDAD E INFERIORIDAD?
Tienes problemas internos. Internamente sufres porque hay un espíritu que te hace sentir inferior. Tu complejo de inferioridad siempre te ha atormentado. No te ha permitido lograr tus metas. En tus momentos más difíciles has huido. No pudiste enfrentar tus problemas ¿Por qué? Por ese espíritu que te produce profundos sentimientos de inseguridad. Por eso vives en función del dinero porque crees que él te da seguridad. Asimismo vives lleno de temores ¡Sí! temores de diferente índole te atormentan. Todo esto ha provocado que no estés conforme con el sexo con el cual naciste. Si eres varón, anhelaste ser mujer para que otro varón te proteja y te dé seguridad. Si eres mujer, trataste de contrarrestar tus problemas internos comportándote varonilmente. He aquí algunas causas de tu homosexualidad. ¡Tú puedes vencer la inseguridad con sus temores y la inferioridad! ¡Confía en Dios! Él te está diciendo: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Is. 41:10).
¿TE SIENTES RECHAZADO?
Algo que nunca has podido vencer es ese espíritu que te hace sentir rechazado ¿No te ha pasado que cuando estás en una reunión, sientes que estás demás y que las personas te rechazan? ¿No te ha pasado infinidad de veces que te has rechazado tú mismo por sentirte descontento con tu ser? Estoy seguro que sí. Este espíritu demoníaco ha desvirtuado tu verdadera personalidad con la cual Dios en Cristo Jesús te creó en el vientre de tu madre. Por temor a ser rechazado, te has entregado a las más inmundas perversiones sexuales. Necesitas fortaleza para vencer el rechazo. ¡Sí! La fortaleza de Dios a través de Jesús podrá ayudarte a vencer a estos espíritus. Recuerda siempre este versículo: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil. 4:13). Si vences al espíritu de rechazo podrás apartarte de la homosexualidad ¡definitivamente!
¿CELOS Y ENVIDIA DE LOS HOGARES CON AMOR?
No has tenido un hogar feliz como hubieras querido. Talvez tu padre o tu madre te abandonaron, o se divorciaron, o murieron y quedaste huérfano. Estoy seguro que en la calle, en el colegio, en el trabajo y otros lugares, siempre ves hogares bien formados en que aparentemente los padres dan mucho amor a sus hijos, cosa que tú siempre has anhelado. Esto te produce celos, es más te imaginas formando parte de cualquier familia llena de amor. Al verlos sientes envidia. ¿Porque ellos tienen un hogar lleno de amor y no yo? te preguntas. No contento con tu realidad buscas un escape... sexo, drogas, delincuencia, etc. Por esa falta de amor que no recibiste de tus padres, siempre buscas amor en el sexo y por querer encontrarlo hasta probaste la homosexualidad. Por el vacío interno recurres a las drogas y ellas son otra causa de tu homosexualidad. Estas necesidades de amor solamente pueden ser llenadas por Jesús. ¡Jesús te ama! como ningún otro ser en el universo. Deja que Cristo habite por la fe en tu corazón, a fin de que, arraigado y cimentado en amor, seas plenamente capaz de comprender y conocer la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo que excede a todo conocimiento, para que seas lleno de toda la plenitud de Dios (Ef. 3:17-19).
¿TE AUTOCONDENAS?
Estoy seguro que después de cada relación homosexual, te sumerges en depresión, desesperación, desánimo y desesperanza. Te sientes mal. Pero alguien en tu interior de dice: ¿Si se entera tu familia? Por otro lado, siempre has conseguido personas que han sido tu “paño de lágrimas”. Te has autoacusado confesando compulsivamente tu homosexualidad anónima. ¿Cuántas veces intentaste suicidarte? ¿Profundos sentimientos de culpa, indignidad, condenación, vergüenza, fracaso, frustración, ira, no-valgo-nada, azotan tu alma? El Señor Jesús no te condena. Solamente necesitas arrepentirte de todo corazón de este pecado inmundo. Porque no envío Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Juan 3:17-18).
TU CARÁCTER EXTERNO
Eres una persona rebelde. Te caracterizas por no sujetarte a ninguna autoridad válida en tu vida. Eres obstinado, terco, egoísta y orgulloso. Cuando cometes un error acusas a otros y sin ningún miedo calumnias confrontando con todo descaro para manifestar tu honestidad a toda costa. De este modo te autoengañas. ¿Eres desconfiado? ¿Siempre sospechas cualquier intriga contra ti? ¿Estás lleno de miedos? ¿A veces sientes que alguien te persigue? ¿Tratas de controlar al resto de las personas con tu carácter posesivo? ¡Ya no puedes seguir así! Necesitas cambiar. Todas estas cosas te constituyen pecado delante de Dios y los hombres. Tu carácter necesita ser renovado conforme al carácter de Jesús, el cual es la imagen de Dios (Rom. 8:29). Detrás de éstos pecados hay espíritus inmundos a los cuales tú necesitas vencerlos actuando de forma totalmente contraria a ellos, para luego echarlos fuera en el nombre de Jesús.
¿RAÍCES DE AMARGURA? VERDUGOS DEL ALMA
Tu corazón está atormentado por verdugos, pues tienes amargura, rencor, resentimiento, odio, violencia, falta de perdón, venganza, intentos de homicidio e inclusive talvez ya asesinaste a alguien.
Juzgas a tus seres queridos porque no te dieron amor cuando más lo necesitaste. Recuerdas cosas malas que han ocurrido hace muchísimo tiempo como si fuera ayer, lo cual te hace entrar en ira fácilmente. Necesitas limpiar tu corazón. Estás en pecado. ¡Sí! Ni lo dudes. ¡Tienes que aprender a perdonar! Estás en manos de espíritus inmundos que son tus verdugos y te atormentan porque tu pecado les permite hacerlo. Jesús enseñó al respecto: Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas. (Mat. 18:34, 35). ¡No podré perdonar! dirás. Recuerda que él dijo: …porque separados de mí nada podéis hacer (Juan 15:5b). Para ser libre de tu homosexualidad, lo primero que debes hacer es ¡PERDONAR CON EL PODER DE JESÚS! ¡PODER PARA ECHAR FUERA ESPÍRITUS INMUNDOS!
Jesús dijo: Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; (Marcos 16:17a). ¡No lo dudes más! Ningún médico podrá sacarte de tu problema. Detrás de la homosexualidad hay un espíritu inmundo que va acompañado de todos los otros cuyas funciones se especifican en negrita en este folleto. Ruego al Dios y Padre en el nombre de nuestro amado Jesús, para que te abra el entendimiento y busques ayuda espiritual en una congregación cristiana llena del Poder del Espíritu Santo en que los demonios se sujeten en el nombre de Jesús, ¿amén?
Tienes problemas internos. Internamente sufres porque hay un espíritu que te hace sentir inferior. Tu complejo de inferioridad siempre te ha atormentado. No te ha permitido lograr tus metas. En tus momentos más difíciles has huido. No pudiste enfrentar tus problemas ¿Por qué? Por ese espíritu que te produce profundos sentimientos de inseguridad. Por eso vives en función del dinero porque crees que él te da seguridad. Asimismo vives lleno de temores ¡Sí! temores de diferente índole te atormentan. Todo esto ha provocado que no estés conforme con el sexo con el cual naciste. Si eres varón, anhelaste ser mujer para que otro varón te proteja y te dé seguridad. Si eres mujer, trataste de contrarrestar tus problemas internos comportándote varonilmente. He aquí algunas causas de tu homosexualidad. ¡Tú puedes vencer la inseguridad con sus temores y la inferioridad! ¡Confía en Dios! Él te está diciendo: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Is. 41:10).
¿TE SIENTES RECHAZADO?
Algo que nunca has podido vencer es ese espíritu que te hace sentir rechazado ¿No te ha pasado que cuando estás en una reunión, sientes que estás demás y que las personas te rechazan? ¿No te ha pasado infinidad de veces que te has rechazado tú mismo por sentirte descontento con tu ser? Estoy seguro que sí. Este espíritu demoníaco ha desvirtuado tu verdadera personalidad con la cual Dios en Cristo Jesús te creó en el vientre de tu madre. Por temor a ser rechazado, te has entregado a las más inmundas perversiones sexuales. Necesitas fortaleza para vencer el rechazo. ¡Sí! La fortaleza de Dios a través de Jesús podrá ayudarte a vencer a estos espíritus. Recuerda siempre este versículo: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil. 4:13). Si vences al espíritu de rechazo podrás apartarte de la homosexualidad ¡definitivamente!
¿CELOS Y ENVIDIA DE LOS HOGARES CON AMOR?
No has tenido un hogar feliz como hubieras querido. Talvez tu padre o tu madre te abandonaron, o se divorciaron, o murieron y quedaste huérfano. Estoy seguro que en la calle, en el colegio, en el trabajo y otros lugares, siempre ves hogares bien formados en que aparentemente los padres dan mucho amor a sus hijos, cosa que tú siempre has anhelado. Esto te produce celos, es más te imaginas formando parte de cualquier familia llena de amor. Al verlos sientes envidia. ¿Porque ellos tienen un hogar lleno de amor y no yo? te preguntas. No contento con tu realidad buscas un escape... sexo, drogas, delincuencia, etc. Por esa falta de amor que no recibiste de tus padres, siempre buscas amor en el sexo y por querer encontrarlo hasta probaste la homosexualidad. Por el vacío interno recurres a las drogas y ellas son otra causa de tu homosexualidad. Estas necesidades de amor solamente pueden ser llenadas por Jesús. ¡Jesús te ama! como ningún otro ser en el universo. Deja que Cristo habite por la fe en tu corazón, a fin de que, arraigado y cimentado en amor, seas plenamente capaz de comprender y conocer la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo que excede a todo conocimiento, para que seas lleno de toda la plenitud de Dios (Ef. 3:17-19).
¿TE AUTOCONDENAS?
Estoy seguro que después de cada relación homosexual, te sumerges en depresión, desesperación, desánimo y desesperanza. Te sientes mal. Pero alguien en tu interior de dice: ¿Si se entera tu familia? Por otro lado, siempre has conseguido personas que han sido tu “paño de lágrimas”. Te has autoacusado confesando compulsivamente tu homosexualidad anónima. ¿Cuántas veces intentaste suicidarte? ¿Profundos sentimientos de culpa, indignidad, condenación, vergüenza, fracaso, frustración, ira, no-valgo-nada, azotan tu alma? El Señor Jesús no te condena. Solamente necesitas arrepentirte de todo corazón de este pecado inmundo. Porque no envío Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Juan 3:17-18).
TU CARÁCTER EXTERNO
Eres una persona rebelde. Te caracterizas por no sujetarte a ninguna autoridad válida en tu vida. Eres obstinado, terco, egoísta y orgulloso. Cuando cometes un error acusas a otros y sin ningún miedo calumnias confrontando con todo descaro para manifestar tu honestidad a toda costa. De este modo te autoengañas. ¿Eres desconfiado? ¿Siempre sospechas cualquier intriga contra ti? ¿Estás lleno de miedos? ¿A veces sientes que alguien te persigue? ¿Tratas de controlar al resto de las personas con tu carácter posesivo? ¡Ya no puedes seguir así! Necesitas cambiar. Todas estas cosas te constituyen pecado delante de Dios y los hombres. Tu carácter necesita ser renovado conforme al carácter de Jesús, el cual es la imagen de Dios (Rom. 8:29). Detrás de éstos pecados hay espíritus inmundos a los cuales tú necesitas vencerlos actuando de forma totalmente contraria a ellos, para luego echarlos fuera en el nombre de Jesús.
¿RAÍCES DE AMARGURA? VERDUGOS DEL ALMA
Tu corazón está atormentado por verdugos, pues tienes amargura, rencor, resentimiento, odio, violencia, falta de perdón, venganza, intentos de homicidio e inclusive talvez ya asesinaste a alguien.
Juzgas a tus seres queridos porque no te dieron amor cuando más lo necesitaste. Recuerdas cosas malas que han ocurrido hace muchísimo tiempo como si fuera ayer, lo cual te hace entrar en ira fácilmente. Necesitas limpiar tu corazón. Estás en pecado. ¡Sí! Ni lo dudes. ¡Tienes que aprender a perdonar! Estás en manos de espíritus inmundos que son tus verdugos y te atormentan porque tu pecado les permite hacerlo. Jesús enseñó al respecto: Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas. (Mat. 18:34, 35). ¡No podré perdonar! dirás. Recuerda que él dijo: …porque separados de mí nada podéis hacer (Juan 15:5b). Para ser libre de tu homosexualidad, lo primero que debes hacer es ¡PERDONAR CON EL PODER DE JESÚS! ¡PODER PARA ECHAR FUERA ESPÍRITUS INMUNDOS!
Jesús dijo: Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; (Marcos 16:17a). ¡No lo dudes más! Ningún médico podrá sacarte de tu problema. Detrás de la homosexualidad hay un espíritu inmundo que va acompañado de todos los otros cuyas funciones se especifican en negrita en este folleto. Ruego al Dios y Padre en el nombre de nuestro amado Jesús, para que te abra el entendimiento y busques ayuda espiritual en una congregación cristiana llena del Poder del Espíritu Santo en que los demonios se sujeten en el nombre de Jesús, ¿amén?
Autor: Pr. Ricardo Claure
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